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La legionelosis o legionella es una enfermedad causada por la bacteria Legionella pneumophila. Este microorganismo vive y se desarrolla en ambientes de humedad. Especialmente, en verano y otoño que son las épocas de más riesgo.
Para adquirirla basta con inhalar gotas de agua infectadas. La gravedad de la enfermedad puede ir desde una tos leve hasta una neumonía grave que puede causar la muerte.
La infección por legionella puede ser adquirida fundamentalmente en dos grandes ámbitos: el comunitario y el hospitalario. La enfermedad puede estar asociada a varios tipos de instalaciones y de edificio.
Además, el contagio de esta enfermedad puede producirse por el contacto con el vapor de agua contaminada. Esto sucede cuando no limpias tus tanques y tus cisternas. Otro medio es al frecuentar constantemente bañeros o duchas calientes.
También puede haber riesgo de encontrarse en aguas estancadas, y en ambientes húmedos. Por ejemplo, los spas y en los circuitos termales.
Legionelosis es un término genérico que abarca las formas tanto neumónicas como no neumónicas de infección por Legionella.
La enfermedad del legionario tiene un periodo de incubación de dos a 10 días. Los síntomas iniciales son fiebre, pérdida de apetito, cefalea, malestar general y letargo.
Algunos pacientes también refieren dolor muscular, diarrea y confusión. Además, en los días iniciales se observa tos leve y hasta un 50% de los pacientes pueden presentar flemas. En una tercera parte de estos enfermos, estas pueden ser expectorantes con sangre.
Por eso, si observas uno que estos síntomas te aquejan debes acudir al centro de salud más cercano.
En ocasiones, instalaciones mal diseñadas con un mantenimiento inadecuado favorecen el estancamiento del agua y la acumulación de bacterias.
La mejor manera de prevenir la legionelosis es el mantenimiento de los lugares donde se almacena el agua. Especialmente los tanques de cisternas y agua. Por eso, es importante la limpieza de estos reservorios. Para ello, debes contratar a una de las mejores empresas de limpieza de tanques como Adurma.
En caso de emplear filtros en grifos o duchas debes mantenerlos siempre muy limpios. Además, es aconsejable purgar una vez a la semana los grifos que apenas se utilicen.
Una vez al año, desinfectar todos los filtros o difusores. Se pueden sumergir durante 30 minutos en un litro de agua al que se le añadan previamente diez gotas de lejía.
En el caso de los lugares exteriores, debes evitar estancamientos de agua, con un diseño adecuado de las instalaciones. De esa manera elimina la suciedad siguiendo un programa de mantenimiento.
Impedir la proliferación y supervivencia de la bacteria en la instalación, mediante una desinfección continua de la misma y el control de la temperatura.
Cuanto antes se empiece con el tratamiento, mejor. Lo primero que el médico hará será administrar antibióticos en un periodo de al menos 14 días. En caso de los pacientes con defensas bajas, será de hasta tres semanas.
Otros tratamientos que también resultan efectivos e incluso complementarios de otros son:
Líquidos, a través de vena (fluidoterapia).
Oxígeno, el cual se administra a través de una máscara o un respirador.
Ahora que ya sabes que es la legionelosis y cómo prevenirla recuerda que lo más importante es la limpieza en los reservorios de agua.
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