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Los términos “no combustible” y “retardante de fuego” muchas veces lo confunden. No obstante, existe una gran diferencia significativa.
Los productos que indican “no combustible”, no encenderá en condiciones existentes.
En el caso de los retardantes de fuego, estos sirven para prevenir la aparición de un incendio o retrasar su propagación. Cuando los retardantes son aplicados sobre los materiales, estos son absorbidos y eliminan el espacio para el oxígeno. Por tanto, detienen el fuego y su propagación.
Asimismo, cuando el fuego permanece en con el material impregnado por el retardante, este se consume de modo más lento a lo habitual.
Por eso, la no combustibilidad es una de las cualidades principales de las regulaciones sobre incendios a nivel mundial. Además, es un elemento indispensable de la seguridad de una vivienda en caso de incendio. Así pues, independientemente de cuál sea el origen del incendio, la temperatura, suministro, materiales, aire, etc. los elementos que no son combustibles, resistirán en su mayor parte al fuego.
Con respecto a las normativas contra incendio, los materiales no combustibles, se pueden usar de manera ilimitada en diferentes aplicaciones de producción.
Por otro lado, los materiales retardante de fuego, son combustibles. Actualmente, no existe un patrón general sobre cómo regular el grado en que contribuye un producto combustible a la propagación y crecimiento de un incendio. Sin embargo, las formas de medirlo incluyen:
La facilidad de ignición del producto
Como se propaga el fuego en su área.
La cantidad de calor que se libera cuando está ardiendo.
La manera en que se desintegra al incendiarse.
El tipo y cantidad de humo liberado
Un retardante de fuego es un aditivo capaz de reducir, modificar, retrasar o incluso eliminar el proceso de combustión de los materiales. Por tanto, de esta forma, la función principal de un retardante de fuego es aumentar el tiempo de huida. Asimismo, el tiempo de respuesta para lidiar con el fuego e incrementar la seguridad.
–Se puede emplear sobre cualquier superficie metálica y de madera que es susceptible a sufrir incendios.
–Proteger toda superficie o área donde desee reducir las características de combustión de todo tipo de materiales, o donde requiera la disminución de la penetración del calor al sustrato.
–Cables y alambres, cables de baja y media tensión, cables de comunicación y cables de emergencia, alarma y seguridad.
–Cajas eléctricas, recintos de equipos de consumo y tecnología de la información como televisores, computadoras de escritorio o portátiles, aparatos domésticos, etc.
–Pinturas y recubrimientos.
–Herramientas y estructuras
–Construcción.
La forma de aplicar no siempre es la misma, esta debe tener proporción con dos cosas: El material y el lugar donde se encuentra este de forma habitual. Estos dos elementos intervienen a la hora de tomar una decisión, pues la humedad, el polvo y la luz solar también son importantes.
Usualmente, este producto estando en estado líquido, se aplica como una capa que será absorbido por el material. En consecuencia, esto impedirá que se cree un espacio para el oxígeno, que es el principal agente en un incendio. Además, evitará que ante el sobrecalentamiento se genere la llama o la retrasará lo suficiente para poder emplear un método activo de control como el extinguidor.
Con respecto a su efectividad, su utilidad ha sido comprobada. Tanto es así, que se ha convertido en una práctica común, incluso en la elaboración de artículos del hogar. Sin embargo, estos productos deben contar con la aprobación respectiva de los organismos nacionales encargados de garantizar su comercialización.
En conclusión, los retardantes de fuego son la solución para aumentar la seguridad en casos de incendio. Además, cumpliendo con los estándares requeridos y aumentar el valor del producto final, son asequibles y funcionales.
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